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Estructuras de protección:
Protectores contra los riesgos naturales

Las estructuras de protección contra los riesgos naturales (EPRN) son infraestructuras vitales diseñadas para mitigar el riesgo actuando directamente sobre los fenómenos naturales, reduciendo así su aleatoriedad, como las inundaciones y los desprendimientos de rocas. Estas estructuras, que incluyen una serie de instalaciones como pantallas de bloques y diques, desempeñan un papel esencial en la resiliencia de las comunidades frente a los peligros climáticos. La gestión adecuada de las EPRN dentro de una comunidad es crucial para garantizar la seguridad de los residentes, preservar las tierras agrícolas y salvaguardar el patrimonio local.

Existen dos tipos de sistemas de protección: activos y pasivos. Los sistemas activos intervienen directamente en el origen de los peligros para reducir la probabilidad de que se produzcan, como los sistemas de redes de bloques en laderas rocosas inestables. Los sistemas pasivos, en cambio, limitan las consecuencias del peligro una vez que se ha producido. Por ejemplo, un sistema de terraplenes dirige la escorrentía para limitar el desbordamiento del agua (inundación) hacia las zonas habitadas.

Importancia estratégica y retos de gestión de las obras de protección contra los riesgos naturales

En el corazón de cada región, la gestión de las Obras de Protección contra los Riesgos Naturales (EPRN) reviste una importancia estratégica vital, que requiere una vigilancia constante, medidas preventivas y una planificación meticulosa.

Los retos a los que se enfrentan las autoridades locales en relación con estas EPRN son múltiples y variados. En primer lugar, está el aspecto de la seguridad pública, ya que estas estructuras están diseñadas para proteger a la población local y reducir los riesgos para la seguridad. En segundo lugar, los daños causados por las catástrofes naturales pueden acarrear pérdidas económicas considerables para los particulares, las empresas y las administraciones locales. El mantenimiento de estas EPRN requiere importantes recursos financieros y humanos, lo que puede suponer un reto para muchas comunidades. Por último, también hay que tener en cuenta cuestiones medioambientales, ya que algunas obras de protección pueden repercutir en los ecosistemas y la biodiversidad locales, lo que exige una planificación y gestión cuidadosas para maximizar su impacto.

¿Cómo pueden las autoridades locales equilibrar estos imperativos al tiempo que garantizan un enfoque proactivo para proteger a las comunidades locales?

Digitalización para una gestión óptima de las EPRN

Una forma de controlar el riesgo asociado a los sistemas de protección contra catástrofes naturales es combinar la tecnología digital con la gestión y el mantenimiento de los sistemas de protección contra catástrofes naturales dentro de la autoridad local.

Utilizando herramientas de gestión de activos como Beyond Asset, el departamento encargado de los riesgos naturales puede centralizar todo su trabajo relacionado con las catástrofes naturales. En primer lugar, la recopilación de información y la elaboración de un listado de las estructuras existentes, así como de los nuevos sistemas implantados, resultan sencillas y más accesibles. Se necesita un enfoque adaptado y flexible para proporcionar información sobre su desglose y sus datos geográficos, estructurales y técnicos. En segundo lugar, con un módulo cartográfico, una visión más global de la zona de riesgo, así como de las EPRN implantadas, facilita la navegación por el territorio y una visión estratégica de conjunto. Por último, el seguimiento digital de las inspecciones y el mantenimiento permite una gestión proactiva, identificando rápidamente los puntos débiles y planificando los trabajos necesarios.

Al poder centralizar la gestión de sus EPRN, la autoridad local puede asegurarse de que los trabajos se planifican correctamente, controlando al mismo tiempo sus riesgos y su presupuesto de forma más eficaz.

Una solución fácil de utilizar, que respeta las políticas de gestión y fomenta la colaboración entre las partes interesadas, ofrece una respuesta moderna a los retos actuales que plantean los riesgos naturales, reforzando la resiliencia de las zonas locales.

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